Colaboración: Arq. Lucas Alles, Arq. Laura Blanco, Ezequiel Mill
Dirección: Arq. Patricio Kopelman
Lo de escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo no hay que tomarlo al pie de la letra; si lo hacés, corres el riesgo de verte hasta cursi. Podríamos decir que la cuestión está relacionada con trascender, con dejar algo. Un mensaje. Un pensamiento, alguien que lo traslade y/o crezca detrás nuestro. Un legado. Legar algo para unos pocos, bien próximos; o para muchos, muchos. Y para ser sinceros, no es nada fácil. Darse cuenta de inmenso desafío ineludible, asusta.
A Mecha la ayudamos para que todo esto suceda, por eso le estamos dando su nombre (el libro) y el edificio que allí se construya quedará bautizado, como un hijo. El limonero del jardín viene dando frutos hace tiempo. No hay dudas de que la del árbol es la más fácil de las tres.
Sólo a dos cuadras de la plaza del centro de San Fernando, el desafío fue disponer, en un lote tan pequeño, cuatro casas y que todas tuvieran su jardín. El retiro del fondo es uno de ellos y los otros tres se resuelven en las terrazas jardín con el sistema de cubierta verde vegetal. Eso. Cuatro casas. Cuatro jardines.
NEEDAR 
Deja un comentario